La concertación adolece de varias fallas, la principal es la falta de renovación de sus figuras, si, es cierto que comparativamente tienen un mas potente pool de figuras jóvenes como Harboe o Velasco que resultan interesantes para el mediano plazo mas frente a la escacez patologica de la derecha, pero el enquistamiento de algunos “próceres” es preocupante y ha sido captado claramente por el publico, falta una nueva horneada o mas bien un apoyo decidido a una nueva horneada, el caso de Bowen es emblemático y un ejemplo a seguir tanto por aquellos que quieren ingresar a política, como para en general los directivos de los partidos de todo bando que deben asumir la necesidad de incluir figuras jóvenes, frescos y ojala “independientes” que arrastren a una juventud desencantada y ajena a las pasiones mismas de la política.
¿Están dadas las sendas para que gente así pueda entrar efectivamente al mundo político, no como candidatos sino aunque sea como colaboradores sin implicar en buen chileno volverse “tontos útiles” de la maquinaria del partido, principal factor de rechazo visceral de los jóvenes?
¿Esta la política dispuesta a dejar discursos añejos y asimilar la realidad del siglo 21 de forma de poder atraer a estos jóvenes? Gran parte de la renuencia de los jóvenes pasa por varios factores:
En general estamos hablando de una generación (o generaciones) que se mantuvieron ajenas al manejo político en su infancia, aquellos que entramos en los 30s fuimos los últimos que recordamos el vivir en dictadura, los mas jóvenes solo recuerdan el crecer en democracia, pletóricos de derechos, con el estomago lleno, sin temor a palizas y con poco que alegar con razón, en fin, en una burbuja, no es de extrañar que la política se les imagine como un ejercicio de algunos viejos y parásitos que profitan de dar algunas ordenes que parecen tan fáciles.
Esta misma condición implica el que tengan formas distintas de ver el mundo, hay un tema muy importante en cuanto al costo beneficio, “¿Qué gano yo con meterme en política?”, la respuesta general es nada, solo problemas. ¿Es mas, podemos pretender que un joven que debe abrirse paso con dientes y uñas en un medio competitivo y elitista, tenga el tiempo y ganas para perder en política?, primero la familia, el trabajo, la pareja, el entretenimiento y después si estas muy aburrido quizás te prestes para el baile, ese es el pensamiento general. Claro debemos dejar afuera a aquellos que desde siempre han ido construyendo una posición política desde los cargos estudiantiles, pero estos son los menos y justamente por estar insertos en un medio partidista tienden a estar un poco desconectados del resto y resultan un poco chocantes para el joven medio.
Otro factor importante es el conocimiento, hay un gran desconocimiento de la realidad e historia política chilena (para que decir mundial), de todo mi circulo de amigos y gente “normal” creo ser el único con una visión histórica y actual informada y objetiva de la política, esta lleno de jóvenes que desconocen los principios mas primitivos, por ejemplo no creo haber sabido de ninguno de mis amigos de derecha que no saltara de alegría y se declarara fan de Obama… un presidente mas cercano a la izquierda y progresista, recuerdo uno que casi se le cae la cara cuando le aclare que el presidente americano de ser chileno seria concertacionista y probablemente PPD, aun muchos siguen considerando que la combinación Piñera Obama es lógica. Aun varios siguen negando las violaciones a los derechos humanos o el robo de Pinochet y otros el desastre de la unidad popular.
Otro factor importante es el tema con respecto al idealismo, el joven moderno si bien cuestionador esta muy alejado de máximas políticas que considera retrogradas, el insistir en los viejos ideales morales gastados y dejar de lado el realismo inherente al mundo actual, desencanta a muchos.
Para mantenerse vigente, la izquierda y en general todos los sectores deberán enfrentar la necesidad de atraer a los jóvenes como electores, pero también tomar la tarea de salir a buscar y conseguir a aquellos que pueden convertirse en agentes directos de la política y el servicio publico, si no hay acciones que impliquen engrosar las filas políticas con nuevos talentos mas allá de algunos relacionados con la clase política, la actividad misma se resentirá aun mas y seguirá el desprecio a esta.
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