lunes, 4 de mayo de 2009

La problematica en salud.

Voy en a entrar en un tema polémico para algunos, que al parecer muchas figuras relevantes no desean tocar en los medios, pero ya va siendo hora que se hable honestamente, si daño algunas sensibilidades tendrán que perdonarme.
Mucho se habla de las falencias en salud, como antiguo estudiante del área me toco observar por varios años el funcionamiento de este, así que creo tener algo de capacidad moral para opinar.
¿Cual es el principal problema?, le guste a quien le guste, lo principal es el personal, toda inyección de recursos, o nuevas y bien pensadas políticas chocan con una realidad latente, nuestro personal en salud es deficiente, si, hay muchos esforzados, si, hay muchos mal pagados, pero el accionar de grandes grupos del personal del sector es contrario a toda ética o eficiencia y resulta injustificable. Hay muchas disculpas para eso, sueldos no correspondientes, turnos terribles, etc. Pero también hay muchas razones ocultas que llevan a que el mismo personal sea muchas veces culpable de estos mismos factores. Están muchas veces llenos de vicios y cada mal elemento afecta negativamente toda la cadena. Se deben mejorar las remuneraciones, especialmente de los segmentos mas bajos, pero el estado no es un barril sin fondo y si tenemos malos elementos aunque les paguemos un sueldazo van a seguir siéndolo.


Desglosemos un poco como funciona de verdad el sistema a grandes rasgos:

Tenemos a los médicos, tienen a su cargo la responsabilidad ultima del paciente (en papel solamente), además detentan la gran mayoría de los cargos administrativos. en general de escasa formación ética y social, pocos buenos profesionales trabajan en el sector publico, la gran mayoría o no es de la mejor calidad o simplemente no aporta como corresponde, recuerdo claramente el pasearme por el hospital Gustavo Fricke hace unos años y no ver a un solo medico titulado, a excepción del doctor Kaplan, en sala (la gran mayoría ya había salido antes de terminar la mañana a sus consultas privadas), para que hablar de la cantidad exorbitante de negligencias que todos hemos apreciado. Si, ganan menos que en el sector privado, pero ¿Debemos por ello el seguir aumentando una carga artificial de remuneraciones que no corresponden dadas por el atípico funcionamiento de nuestro sistema de salud privado que básicamente colude a todos sus actores para ganar mas a costa de los pacientes?, el competir en plata con un sistema privado que no tiene regulación y que simplemente traspasa sus costos a sus clientes es un pozo sin fondo, debemos encontrar otras alternativas.

Enfermeros universitarios: deben suplir muchas de las falencias dadas por los médicos, lo que implica que en el hecho tienen ante si muchas de las decisiones reales con respecto a los pacientes, además suplen muchas deficiencias administrativas de sus ausentes compañeros, esto lleva a que en general no tengan el tiempo para cumplir con las tareas que efectivamente tienen asignadas. Son escasos, medianamente remunerados, aparte es el ver cual es la calidad real de las nuevas generaciones que lejos de una vocación han tomado esa carrera por el simple hecho que es una de las pocas con posibilidades reales de empleo seguro.

Auxiliares de enfermería, paramédicos, etc: los escalafones mas bajos toman gran parte de la responsabilidad real en salud, con los médicos ausentes (de hecho o actitud) y los enfermeros abocados a suplir las deficiencias, son los auxiliares, gente de escasa formación, la que debe efectuar el mayor porcentaje de las acciones para el paciente.

Personal administrativo en grl: mal pagados, mal formados, son la cara inicial del sistema y no dan la nota nunca, las secretarias no solo no tienen idea de nada, tampoco les importa, los guardias no saben tratar a la gente, etc, etc. En grl un desastre.

Estudiantes: en muchos casos los caballitos de batalla del sistema, se usan para todo, en el caso medico prácticamente llevan el manejo diario del paciente ya que los profesionales asignados aprovechan para evadirse del trabajo y dejarlos bajo pretexto del aprendizaje, lo mismo sucede en los demás ámbitos. Con tal explosión de casas de estudio aprovechando la escasez de personal de salud para atraer estudiantes a sus aulas, el sistema cuenta con una gran “mano de obra” gratis, pero lejos de utilizarlos para apoyar el sistema, esto sirve para que el propio personal evada sus responsabilidades y los deje haciendo el trabajo. Eso solo lleva no solamente a afectar el normal funcionamiento del modelo sino que además enseña a los futuros profesionales los vicios de este.


Medidas posibles:

Administración: No podemos seguir manteniendo la administración de una empresa en muchos casos de gran tamaño como un hospital publico en manos de profesionales que no están preparados para ello, debe haber un gobierno conjunto en la parte administrativa por un ingeniero comercial o afín y en la parte medica por un profesional de salud. “Los ingenieros no tienen formación ética en salud”, cierto, pero en este momento los médicos tampoco y no saben de administración, además la función de un director administrativo seria exclusivamente los aspectos “empresariales” del manejo de la institución.

Formación: Debemos mejorar la formación ética y de servicio de nuestros futuros profesionales, así como una efectiva sistema de inclusión de los adecuados candidatos para el área, no podemos seguir bajo un criterio de elección que solo considera puntajes académicos, eso solo nos ha llenado de profesionales éticamente deficientes en todos los ámbitos, todos conocemos un medico que no se mueve si no hay un buen cheque de por medio, o un psicólogo que presenta patologías aun mas evidentes que cualquiera de sus pacientes. Con la cantidad de casas de estudio llenándose los bolsillos al preparar a profesionales que efectivamente no pasaran a servir en el sistema publico no podemos ver avances, necesitamos quizás políticas mas agresivas que produzcan una mayor migración al servicio publico, quizás la obligatoriedad de desempeño en el sistema estatal por cierto tiempo para aquellos formados bajo créditos fiscales (o para un cierto porcentaje de cada universidad) o el uso de incentivos reales a través de estudios de postgrado

Regulación: Necesitamos políticas efectivas de regulación de nuestros profesionales, los colegios deben tener al menos el poder de intervenir ante un profesional que obviamente es un peligro para la profesión y los pacientes. Pero esto no es suficiente, debe haber mecanismos efectivos de regulación estatal, no podemos permitir que el tema siga a través de tribunales porque es obviamente insuficiente, de esta forma con dos instancias para producir una fiscalización efectiva se podría comenzar a limpiar un sistema que esta lleno de malos elementos (ejemplos sobran, por citar algo me viene a la mente los casos de falsos médicos que sin estar certificados ejercen sin que nadie tenga las herramientas para cortar este problema). Debemos también establecer alguna clase de regulación con el sistema privado que impida que este siga lucrando exageradamente a costa de sus usuarios, en la medida que podamos efectivamente equilibrar el natural afán de lucro con el bienestar del país, podremos forzar una interacción mas fecunda con el sector publico. Soy un defensor del libre mercado, pero todo tiene un limite y en salud ese limite se sobrepaso hace mucho rato.

Luego del casi nulo interés del gobierno militar en el tema, los gobiernos democráticos han inyectado nuevos recursos, nuevas políticas, nuevas herramientas, se ha visto una mejoría (el auge es un ejemplo excelente de esto), pero el ritmo de las mejoras no se condice con el esfuerzo y esto es netamente por el problema del personal.
Hoy cuando el análisis de muchos aspectos de la salud en nuestro país a raíz del caso farmacias es lapidario y nos muestra el gigantesco abuso de prácticamente todos los actores del área desde laboratorios a clínicas, pasando por muchos profesionales y prestadores, donde todos y cada uno parecen enriquecerse gracias a un sistema permisivo, urge un cambio de visión y centrarse en el verdadero y único beneficiario correspondiente del sistema, el paciente.

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