Leyendo “Guerra mundial Z” no pude menos que ver ciertas similitudes con la situación actual, en el aclamado ejercicio de periodismo ficción de Max Brooks, que vera la luz como película el 2010 bajo la productora de Brad Pitt, la dirección de Marc Foster y un guión de J. Michael Straczynski, se relata bajo la forma de testimonios los eventos de una epidemia viral, mas allá de las obvias diferencias con una obra de ficción, el planteamiento de cómo actúan los lideres, gobiernos y ciudadanía, es muy elocuente y no deja de llevar a ciertos nexos con la epidemia actual, especialmente en sus trasfondos no muy difundidos.
Y es que el pánico alimentado incesantemente por los medios no solamente han inflado una situación sanitaria que no es ni cercanamente tan grave como se pintaba, por otro lado enmascara temas que deberían ser más explorados con respecto a la misma enfermedad, las relaciones ocultas, los mitos y mentiras detrás de la situación y sus posibles alcances, de no fijarnos en estas aristas podríamos eventualmente acostumbrarnos a no ver mas allá de los hechos menores y cometer errores como los que plantea Brooks en su libro.
El comienzo.
Laurie Garret, experta en epidemiología y políticas de salud internacionales, ganadora de un Pulitzer por sus escritos en el tema (además de un Polk y un Peabody) y asesora del consejo de relaciones exteriores de estados unidos, establecía hace unos meses que el virus es originario de estados unidos, con un primer caso confirmado en Texas en septiembre del año pasado. Esto hecha por tierra la tesis de que el virus, una mutación dada por la combinación “natural” de los virus de influenza humana, porcina y aviar, había surgido espontáneamente en alguna granja pobre mexicana, Texas en cambio es un estado famoso por su producción de carne vacuna y las regulaciones americanas hacen poco probable la coexistencia física de planteles de producción aviar y porcina en un mismo lugar. Además hay una cierta controversia ya que al parecer no habría casos confirmados de Ah1n1 en cerdos. Por otro lado, las tesis sobre mutación por uso de alimentos transgenicos, agentes tóxicos en los alimentos como conservadores, o incluso la creación artificial del virus y la perdida de la cepa en cuestión por el USAMRIID (laboratorio de investigación del ejercito americano) que habría anunciado la presencia y perdida de cepas no contabilizadas de parte de los laboratorios de la armada o del CIM, probablemente el mismo desde donde salieron las muestras de ántrax del 2001. El mismo laboratorio de patología de las fuerzas armadas obtuvo hace unos años el genoma completo del virus de la influenza española (prácticamente hermano del ah1n1), por lo que modificaciones artificiales son pasmosamente fáciles.
Entre 500 mil y un millón de personas mueren al año por influenzas en el mundo (en forma mas menos directa, no se consideran los casos de concomitancia indirecta), la ah1n1 solo a matado a unos cientos (cifra bastante controversial ya que la gran mayoría de estos casos corresponden a muertes por patologías asociadas en pacientes positivos), bastante menos que cualquier otra cepa de influenza, de hecho se considera bastante benigna, con casi un 99% de casos con síntomas leves, además parece afectar mayormente a adultos sanos y no cebarse con los grupos de riesgo como niños y adultos mayores que engrosan las victimas fatales de otras influenzas.
O sea es un simple resfrío, el problema es que es un resfrío nuevo y extraño.
La situación chilena.
Chile es top one en casos proporcionales a su población, esto es interesante pero no grave, somos un país de gripes, esta situación de múltiples casos pesquisados se explica por varias razones:
Factor estacional: obviamente al ser chile un país del hemisferio sur y con un clima mediterráneo marcado esta más susceptible a presentar mas casos en esta época del año, los peaks de enfermedades respiratorias incluyendo virales es justamente en esta época a diferencia del hemisferio norte, si además vemos que la gran mayoría de casos graves se da justamente en regiones sureñas como la de los lagos, es claro que el factor frío es una variable importante.
Interés mediático: somos un país informado, el chileno ve no solamente muchas horas de televisión sino que gran parte corresponde a noticias, además el consumo de periódicos, o la audición de radios incluyendo las netamente informativas es alto, por ello nuestra industria mediática es avanzada y competitiva, desde el principio el chileno estuvo al tanto de la situación y respondió rápidamente a los estímulos, la gente efectivamente acudió a los servicios de salud a ver si por si acaso tenia la gripe.
Costos: incluso los costosos exámenes de pcr son “gratuitos”, esto hace que la gente no tenga reparos para acudir a “sacarse el temor” de estar contagiados.
Responsabilidad de fiscalización: chile cuenta con un sistema de salud bastante eficiente en estos temas, comparativamente en términos de metas/costos incluso mejor que algunas potencias, pero lo principal es la responsabilidad y transparencia de las autoridades para manejar la necesidad publica, se ha llevado un conteo real y transparente de los casos, lo que permite ver la evolución de la epidemia, chile efectivamente no ha ocultado información, cosa que es el pan de cada día en nuestros países vecinos, Argentina por ejemplo presenta una crisis hospitalaria profunda con una amplia epidemia de dengue en la palestra de la opinión publica hasta la llegada de la influenza, no es de extrañar que como es costumbre en el país trasandino, las cifras relativas a la influenza sean groseramente manipuladas y el gobierno de Fernández eche bastante tierra encima para evitar mas cuestionamientos, esto es bastante generalizado en otras naciones, la baja popularidad del presidente peruano es una razón poderosa para evitar levantar polvo, para que decir la situación venezolana donde no me extrañaría escuchar a Chávez anunciar que son un pueblo superior inmune a las enfermedades.
Los beneficios.
Y es que la epidemia no deja de plantear algunas oportunidades políticas, para algunos gobiernos es una oportunidad de oro para desviar la atención de los malos manejos de la crisis económica, de los escándalos sexuales o de corrupción o incluso de los reclamos por otras situaciones de salud.
Para las oposiciones es un terreno aun mas interesante, las características de la enfermedad hacen que efectivamente sea prácticamente imposible detenerla, ni siquiera regimenes totalitarios instaurando fuertisimas medidas de cuarentena podrían haber detenido la propagación de una enfermedad que se transmite por aire, tiene un apreciable periodo de incubación y en muchos casos es indistinguible de otras (nuevamente me recuerda el libro de Brooks donde Corea del norte a pesar de tener las mejores posibilidades de contención sucumbe rápidamente), por esto no existe gobierno que pudiera asegurar que ha detenido la propagación, si alguien lo hace es una mentira ridícula, en cambio si es muy fácil el elevar los brazos al cielo y gritar sobre la “ineptitud” estatal que permite que entre esta enfermedad. En chile aun no tenemos estas manifestaciones y lo mas cercano fue la declaración apocalíptica del senador Girardi diciendo que morirían chilenos por miles (no es novedad en el caso del senador), mas de alguno vera en su propio contagio casi una acción de justicia divina. No seria de extrañar que la derecha en algún momento saque el tema, aunque no sea una muy buena idea, gente como Moreira no suelen tomar en cuenta cosas tan “menores” como el daño económico, o el sentimiento de la ciudadanía y su repulsión ante los que atornillan para el lado contrario.
Otro tema es la ganancia económica: la epidemia si bien es molesta para la economía general y aumenta el clima de desconfianza en los mercados, para algunos no deja de ser una oportunidad de oro para hacer negocios:
La farmacéutica Roche, por ejemplo, que compro Tamiflu dentro del paquete de Gilead, ha visto subir sus acciones hasta un 30% y ganar millones de dólares solamente con las ventas a gobiernos, ni hablar de la manía ciudadana por acumular el antigripal por si acaso, fuentes por ahí ilustran que justamente uno de los principales accionistas de la empresa es Donald Rumsfeld, ex secretario del pentágono y ex director de Gilead, compañía farmacéutica que estaba casi al borde de la quiebra antes de que fuera el mismo Rumsfeld el que instaurara el temor a los virus como la influenza aviar, llevando al gobierno americano a comprar millones de dosis de antigripales y luego vendiendo la compañía a Roche.
La ganancia económica no es solo para las farmacéuticas, en general todos los actores del mercado de salud pueden sacar ventaja, fabricas de mascarillas, laboratorios, medios de comunicación, etc. Quizás con una sola excepción:
Hace unos días una destacada especialista medica me informaba de algo que ya sospechaba, hay múltiples casos de médicos de consultas privadas que al parecer no están diagnosticando (y por lo tanto informando a las autoridades) la influenza porcina, esto implica por supuesto que no se puede llevar un seguimiento de la enfermedad ni tomar las medidas del caso.
¿Por qué? Simple, para un doctor de consulta privada, el diagnosticar la ah1n1 implicaba no solamente el mandar a hacer el test correspondiente al paciente, sino también el someterse a una serie de medidas administrativas y además a una pesquisa en si mismo, esto implica un perjuicio en tiempo para el facultativo, tiempo en que no atiende pacientes y por lo tanto no genera ingresos para si mismo, así que en muchos casos simplemente se ahorraron la lata.
¿Puede esto estar relacionado con que el brote se haya dado fuertemente al menos en un principio en los sectores mas acomodados?, por supuesto por un tema de contagio internacional son estos sectores los que viajan (mas a lugares como Cancún), pero no deja de ser interesante el analizar si el brote no podría haber sido mas efectivamente controlado si estos facultativos hubieran cumplido con las medidas del ministerio, si entre los primeros casos se presento esta practica habríamos tenido un brote silencioso que rápidamente habría sido la causa de la diseminación a pesar de los esfuerzos sanitarios. Si eso no es un claro caso de negligencia médica, no me imagino que más pueda serlo.
Seguimos gravitando en un clima de pánico moderado, entre las clases menos informadas hay un cierto sentimiento de inquietud, varias veces los bomberos de mi estación de bencina favorita se me han acercado comentando la casi apocalíptica situación de la “epidemia” con una visión muy marcada que básicamente estamos “sonados”, algo bastante lejano a la realidad (no he querido decirles que hay amenazas mucho peores que esta simple gripe, desde los experimentos de Shiro Ishii a los nuevos juguetes de usamriid o los “logros” del proyecto biopreparat ruso), otros mas informados ven solamente esto como casi un hecho anecdótico, contrastando las cifras con amenazas mas comunes y peligrosas como el sarampión o la misma gripe común, urge una mirada mas directa de la situación real que tranquilice a la gente y evite seguir sumando histerias que no sirven para nada.
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